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Estimados lectores:

Actualmente me encuentro leyendo «Ébano», de Ryszard Kapuściński.

Ebano

El autor es un escritor y periodista polaco, historiador, que trabajó como corresponsal de guerra en diferentes países de Asia, África, Europa y América. En este libro recorremos con Ryszard parte del tumultuoso continente africano a partir de los años 1960: Ghana, Tanzania, Nigeria, Ruanda, entre otros.

Pero el África que vemos no es la del turista, sino la del africano. Es el África de la malaria, la tuberculosis, las guerras civiles y los golpes de Estado. Es el África de los robos constantes, la corrupción, las injusticias y el despotismo. Pero es también el África de la amistad y la fidelidad, de los paisajes, las costumbres y los olores. Es el África completa, con sus matices y múltiples realidades.

El propio autor nos brinda la mejor presentación del libro:

He vivido unos cuantos años en África. Fui allí por primera vez en 1957. Luego, a lo largo de cuarenta años, he vuelto cada vez que se presentaba la ocasión. Viajé mucho. Siempre he evitado las rutas oficiales, los palacios, las figuras importantes, la gran política. Todo lo contrario: prefería subirme a los camiones encontrados por casualidad, recorrer el desierto con los nómadas y ser huésped de los campesinos de la sabana tropical. Su vida es un martirio, un tormento que, sin embargo, soportan con una tenacidad y un ánimo asombrosos.

De manera que éste no es un libro sobre África, sino sobre algunas personas de allí, sobre mis encuentros con ellas y el tiempo que pasamos juntos. Este continente es demasiado grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Sólo por una convención reduccionista, por comodidad, decimos «África». En la realidad, salvo por el nombre geográfico, África no existe.

Como se ve en estas pocas líneas, Kapuściński, además de historiador y cronista, es un novelista con un talento especial. Todas las imágenes que nos muestra son vívidas y llenas de sentimiento, pero a la vez con una gran carga de historia y cultura que absorbemos espontáneamente, casi sin darnos cuenta.

Saludos.

Mercedes

One Comment

  1. La África negra gobernada por dictadores de 30-40 años de permanencia, donde la esperanza de vida llega apenas a los 50 años, donde la gente vive con malaria y no lo sabe y muere de tuberculosis (en pleno siglo XXI). Y en contraste, están sus gobernantes y amigos del poder que viven en la opulencia (plutocracia).
    Prefiero quedarme con la cultura de las tribus y la idea de que allí está la cuna de la humanidad. Pero no olvidar que mientras escribo esto hay guerra civil en RD Congo, R Centroafricana y Sudán. Ni hablar lo que es Nigeria con Boko Haram o los países que sufrieron el brote del ëbola en 2013 como Guinea, Sierra Leona y Liberia. Y tampoco soslayar la vergüenza de las potencias europeas que se repartieron el continente con la Conferencia de Berlín (1884) solamente para terminar de quitarle todos los recursos natualres (oro, diamantes.. por ej. hoy en Chana).
    Espero el avance de la lectura con ansiedad.


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