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Estimados lectores:

Acabo de terminar “Corazón que ríe, corazón que llora”, de Maryse Condé.

Es un libro autobiográfico, que presenta en 17 breves historias retazos de su infancia, adolescencia y primeros años de la adultez.

Maryse es la menor de ocho hermanos, nacida en la isla de Guadalupe, región de ultramar de Francia, en el seno de una familia negra burguesa, con su padre funcionario público y su madre una de las primeras profesoras negras en el liceo.

En los relatos Maryse nos muestra la visión sesgada que ella -y en parte también su familia- tenía de la realidad: criada en una burbuja, con desconocimiento de la historia de su pueblo, lejos de la realidad de la mayoría de los negros de las Antillas, adorando a la madre patria Francia y despreciando la cultura local. En su casa solo se hablaba francés (en Guadalupe el idioma popular es el créole), y se miraba con desdén a la mayor parte de las costumbres antillanas, e incluso a los parientes que les recordaban su pasado humilde (la abuela materna de Maryse era cocinera en una casa de blancos).

Cada historia es un breve vistazo de la vida de Maryse: desde su nacimiento -en pleno Mardi Gras (martes de Carnaval)-, imágenes de su familia y anécdotas infantiles, que incluyen peleas con amistades, primeros novios, excursiones escolares y la pérdida de seres queridos. Como permanente trasfondo encontramos los conflictos de clase y raza, que envolvían la vida familiar y social, y que se manifiestan para Maryse en su viaje a Francia. Allí se encuentra con su “negritud”, con la discriminación racial, y se acerca a la historia de su pueblo, comenzando por la lectura de “Calle cabañas negras”, de Joseph Zobel, novela que narra la historia de un negro en plantaciones de caña de azúcar.

Es un libro precioso, desde el contenido hasta cómo está escrito. Es muy corto, y dan ganas de que no termine nunca.

Saludos.

Mercedes

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